Choques de poder
Por Jorge Santa Cruz
Imagen ilustrativa: La Casa Blanca
Se ve casi imposible que la oposición impida que Morena continúe en la Presidencia de la República cuando concluya el mandato de Andrés Manuel López Obrador.
Parte de la culpa la tienen los opositores mismos, cuyos partidos (con sus ineficiencias y corruptelas) fueron los principales promotores electorales del tabasqueño en el 2018.
Otra parte de la responsabilidad la tiene el abstencionismo que aglutina a votantes escépticos, y/o desilusionados.
El presidente de la República, por otro lado, se ha dado a la tarea de sobornar conciencias vía las pírricas ayudas a los grupos vulnerables. Su estrategia es la misma del rancio PRI.
¿Por qué ganará Morena en el 2024? Porque la sucesora o sucesor tendrá dos apoyos: el de AMLO en lo interno; y el de Washington, en lo externo. (Demócratas y republicanos son hijos del mismo sistema político).
El gobierno de las barras y las estrellas ya obtuvo, gracias a AMLO, lo que Juárez no pudo darle: el control del istmo de Tehuantepec, con lo que asegurará sus rutas de suministro. Con esto, acotarán la presencia en México de los capitalistas chinos que son apoyados (¡quién lo diría!) por el gobierno comunista chino presidido, en la actualidad, por Xi Jinping.
De manera adicional, la Casa Blanca y el Departamento de Estado tienen a sus órdenes a las fuerzas federales mexicanas para perseguir indocumentados en tránsito hacia Estados Unidos.
De manera adicional, AMLO ofreció a Estados Unidos la mano de obra mexicana y los recursos naturales de nuestro país. Es más, López Obrador planteó una integración con EE. UU. y Canadá en contra de China.
Por esto y mucho más (como dice una canción), el dedo de Washington apuntará y apuntalará también a quien resulte designado por otro dedo, el de AMLO, para gobernar a nuestro México que está «tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos».
FACTOR MÉXICO 